miércoles, 6 de febrero de 2013

Maquetas


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Sistema constructivo arquitectura popular.


El sistema constructivo empleado para hacer arquitectura popular no tiene parámetros fijos a seguir ya que es por así no existe una organización y secuencia lógica en el proceso de construcción. Por lo tanto se pueden explicar los puntos básicos de la construcción, aunque todo depende del factor humano y el tipo de material a emplear.
Se tiene en cuenta que en estos casos no existe diseño hecho por un profesional, ya que las condiciones económicas y sociales no lo permiten.

1- recolección de materiales, adecuación del lugar. Se comienza la mayoría de veces limpiando el lugar de toda vegetación si existe. En la mayoría de casos no se colocan los cimientos necesarios para la estructura.

2- Levantamiento de columnas (madera, o en algunos casos concreto). A la vez se comienzan a levantar muros exteriores con materiales reciclados o dependiendo de la capacidad económica del propietario. Se hacen las vigas la mayoría de veces en madera y se levanta el tejado. Se colocan puertas y ventanas.

3- en este punto se realizan las instalaciones internas como electricidad o gas (en la mayoría de casos no se cuenta con todos los servicios), se hacen divisiones internas con diversos materiales “efímeros”.

4- Mejora de la vivienda, se da a medida que el tiempo pasa y se consiguen los recursos para la mejora de las condiciones de vida. En este punto se pueden mejorar los pisos las divisiones interiores, la fachada, construcción de una nueva habitación entre otras.

martes, 5 de febrero de 2013

Modificaciones


El usuario empieza a modificar su vivienda en el momento en que la recibe, pero este hecho no constituye una respuesta frontal a la manera en que las dependencias oficiales conceptualizan la habitación popular. La contraposición al discurso del Estado no es una respuesta consciente y organizada de la gente sino una impugnación que se da en una forma velada, sin que los usuarios tomen plena conciencia de lo que pudieran representar los actos implícitos en la ampliación o modificación de sus viviendas. Otro ejemplo claro de este fenómeno se encuentra en las unidades habitacionales del INFONAVIT, en donde al paso del tiempo las casas van adquiriendo otra fisonomía, desde los recubrimientos exteriores, tales como aplanados y pintura, hasta cambios estructurales.
Además del aspecto físico de la vivienda, existe otro ámbito relacionado con la vida cotidiana de la gente y que es igualmente importante: el comportamiento y las prácticas sociales llevadas a cabo dentro y fuera de su comunidad. La cultura inherente a la vivienda popular está enmarcada en formas asistemáticas que se manifiestan en el sentido común, o en el folclore, puesto que: «el folclore puede ser entendido sólo como reflejo de las condiciones de vida cultural del pueblo, si bien algunas concepciones propias del folclore se prolongan aún después que las condiciones hayan sido (o parezcan) modificadas o hayan dado lugar a combinaciones caprichosas» (Gramsci 1976: 240).

La vivienda

La vivienda es, en primer término, un refugio contra los elementos de la naturaleza, proporciona abrigo y cobijo a sus habitantes. La misma tiene implícitas en su constitución diversos significados culturales que son dados o modificados por sus habitantes, dependiendo del grupo social que la habite. La vivienda popular, por su parte y sobre todo si es autoconstruida, refleja ciertos aspectos de la cosmovisión de la gente relacionados con la utilización de los espacios, con la decoración y con el sentido de solidaridad y protección entre los miembros de una familia. Otra parte de la vivienda se encuentra más allá del dintel, donde comienza el espacio público. Éste también es elaborado de diferente forma. Para los usuarios de la vivienda popular representa la convivencia y el trato vecinal. Hay, por así decirlo, un «sentido de comunidad, de pertenencia». Como apunta Nieto (Estrada 1993: 145): «existe la posibilidad de que en el terreno propiamente cultural existan un conjunto de prácticas sociales e instancias de socialización, que tienden a constituir, preservar, y resignificar distintas formas de identidad grupal, vecinal, barrial (...) en las que puede ser resocializado el habitante urbano y donde puede reelaborar sus representaciones y experiencias cotidianas».

El uso y construcción del espacio en la vivienda popular

La vivienda no se constituye únicamente por sus límites y formas físicas sino que existe una extensión de los espacios hacia los lugares donde se vive y donde se interacciona comunitariamente, dando lugar a la creación de un entorno social y culturalmente determinado. Los procesos autoconstructivos, aun en pequeña escala, juegan un papel muy importante en la creación de ese entorno ya que en ellos se prefiguran aspectos como las técnicas y el diseño arquitectónico que una vez concretados pueden establecer una cierta identidad del grupo autoconstructor y, por ende, manifestarse como contraparte de la arquitectura especializada. 

“Expresión formal de la vivienda popular espontánea”


Este nuevo documento de la Serie Ciudad y Hábitat, aborda
la temática de la expresión formal de la vivienda popular
espontánea, con énfasis en lo urbano sin soslayar sus otras
manifestaciones. Este tipo de vivienda es considerada como
la respuesta que grupos humanos han ido materializando
para poder alojar su existencia, distantes de apoyos especializados, asediados por apremiantes necesidades, basándose en saberes de diversa procedencia y variadas prácticas artesanales, guiados por las aceptaciones y preferencias que se van cultivando dentro de los particulares contextos en que se emplazan. En estas respuestas se definen
peculiares maneras de habitar, de construir y de exhibir, lo
que en conjunto se convierte en un catalogador formal, espacial y social de amplios asentamientos humanos, tanto rurales como urbanos. En esta ocasión despierta nuestro interés el destacar la manera como estas obras hacen presencia, es decir cómo se asoman desde lo privado hacia lo pú-
blico, transmitiendo mediante su consolidación formal una
peculiar forma de estar dentro de su particular contexto,
exhibiendo desde el escueto material de construcción testimonio del arduo proceso del hacer hasta las ataviadas y revestidas terminaciones que ostentan con orgullo la superación arrancada a la dificultad.
La vivienda popular no urbana exhibe la tradición cultivada que se materializa en formas, colores, decorados, espacialidad, organización, técnicas constructivas. En ella se
combina la habitación familiar y el alojo de parte de la actividad productiva. Las características del medio se imponen,
especialmente en el uso de materiales, al igual que en esquemas espacio-funcionales y en el acondicionamiento ambiental. Lo artesanal y su condición de lo espontáneo aporta
un recurso formal variado muy cercano a los diferentes modos de expresión de las formas de vida según las diversidades de las culturas tempo-espaciales que las posibilitan.
Dentro de los contextos urbanos, no formales, ladrillo a ladrillo emergen los habitáculos que alojan con gran precariedad a desasistidas formas de vida. En estos entornos todo
es necesidad, todo es constante acción condicionada por la insuficiencia, todo es un hoy que con premura y dificultad se
debe amparar. La precariedad económica imposibilita acudir a la asistencia de especialistas, por lo que sólo se puede
contar con el esfuerzo propio y el apoyo de allegados, la
incertidumbre del mañana no permite definir el final o terminación de la obra, sino que obliga a que se tenga que ir
usando lo exiguo que se puede ir formalizando. A pesar de
la premura, precariedad e impericia, cada materialización
presta una especial atención a la manera como la obra, en
proceso o consolidada, se presenta a los demás, esto es, cómo
se viste para poder estar adecuadamente dentro de un entorno de valores, creencias y aspiraciones que se forjan en la
permanente interacción de tiempos y espacios compartidos.
La vivienda popular espontánea, por ser fruto del cruce de
múltiples saberes depurados a través de la confluencia con
diferentes tiempos, por producirse por fuera de la actividad
formal de la construcción, por combinar en cada materialización particulares posibilidades de situación, y por no alcanzar estados terminados inmediatos, o simplemente diferentes a las obras profesionales acabadas formalmente, generalmente es asociada con pintoresquismos, con anomalías, con estados imperfectos. Tal vez por ello y a pesar de lo
innegable del hecho construido y su trayectoria, se le ha
alejado de la reflexión académica, de los estudios que permitan interpretarla, explicarla, organizarla y hacerla visible dentro de la ciudad formal, no como anormalidad o exotismo, sino como lo que es, la expresión de otras formas de vida. Dentro de esta intención el presente documento busca
aportar a la reflexión en torno a esta temática habitacional,
con la perspectiva de poder estimular el estudio, valoración
y discusión de estados vigentes de injusticia social y desde-
ñadas manifestaciones de cultura no convencional.
Bogotá, D.C., Abril de 2004
http://www.barriotaller.org.co/publicaciones/presentacion_espanol.pdf